Cuando decoramos nuestro hogar uno de los espacios en que más solemos trabarnos son las habitaciones, sobre todo la principal. Esto es perfectamente entendible, contrario a lo que algún facilista pueda aducir, diciendo que el cuarto no es visto por los visitantes a menudo, ya que en definitiva el dormitorio es ese lugar en el que querremos hallar siempre la armonía y tranquilidad suficiente, para descansar y dormir plácidamente, de forma que despertemos a tope al día siguiente.
De igual forma, para una pareja la habitación es además de un sitio de paz, su capital de amor y placer, hecho que condiciona enormemente también la decoración ideal del espacio.
Por todo esto, hoy hemos querido reunir un conjunto de claves que te permitirán dar con la decoración ideal para tu habitación, de manera que este componente a veces subestimado no impida el que obtengas toda la paz, relajación, amor y placer que de un dormitorio se espera.
Para la decoración idónea de tu cuarto debes empezar por la iluminación del mismo, lo cual te ayudará a definir los colores perfectos para las paredes.
Luz y color son elementos claves en todo decorado, por lo que no puedes tomarte a la ligera la decisión.
Así, si de forma natural, debido a las ventanas, puertas, etc., tu habitación recibe poca luz, lo mejor es que te decantes por colores claros para las paredes y mobiliario, así como los textiles.
Si el espacio te resultase frío, podrías jugar con los propios textiles, los cuales te ayudarían a obtener la suficiente calidez. Asimismo, si la habitación es pequeña y por tanto proyecta poca luz, debes intentar hacer más ligera el ambiente mediante mobiliarios que no resulten pesados a la vista.
En cualquiera de esos escenarios, algunos especialistas recomiendan que para las parejas consagradas o matrimonios se hagan prevalecer los tonos relajados, y en este punto llegamos nuevamente al color de las paredes, que siempre, con independencia de la luz, debe facilitar el reposo o descanso.
Por ello, como última recomendación te sugerimos optar por tonos claros, cálidos y suaves, como el garbanzo, el beige, crema y salmón. Otras tonalidades aconsejables son los turquesas, los grises cálidos y los verdes acuosos.
Lo anterior aplica para la luz natural que recibe la habitación durante el día, que es la que debe definir o combinarse con los tonos prevalecientes en paredes, muebles y textiles.
Sin embargo, en la decoración no resulta menos importante la luz artificial.
Para dar en el clave con ella puedes seguir el principio de plantearte tres fuentes esenciales: una en el techo, que cubra la totalidad del espacio; otra más ligera, que favorezca la intimidad y que bien puede ser la luz que habitualmente hacemos venir de las tradicionales mesitas de noche; y la llamada luz extra, que puede ser la que necesitamos dentro del armario o para destacar algún punto en específico.
En dependencia del objetivo y uso de cada luz, es que nos decantaremos por si será fluorescente, halógena o de cualquier otra clase.
Sí, porque este tema es esencial. Lo mejor es hacerlo con sentido práctico, sin descuidar la estética, para evitarte desplazamientos incómodos, choques constantes o cambios espaciales frecuentes.
Ten presente que la cama es el epicentro de un cuarto, y en torno a ella es que debes contemplar toda distribución. Por supuesto, las dimensiones de la cama deben ser coherentes con las de la habitación y en base a ellas puedes proyectar el resto del mobiliario.
A partir de la cama y el espacio que deje, podrás definir si puedes permitirte mesitas a ambos lados y descalzadora al pie. Recuerda que estos accesorios son para sernos útiles, no solo para embellecer, y en tal sentido no pueden importunarnos tampoco mientras nos movemos.
Ya que hablamos de la cama toca ahora el cabecero. Debes saber que no es imprescindible. Existen alternativas a ellos que igual realzan lo primordial en la habitación, la cama, como ya dijimos.
Ejemplos de alternativas son el entelado de la pared en la que se apoya la cama, o su empapelado de forma diferente al resto del cuarto. Ambas opciones realzan nuestro lecho, como también lo hacen los frentes panelados de madera.
No obstante, si prefieres un cabecero tradicional de hierro o madera, debes saber que se estilan más altos y rectos que antes, aunque nunca deben sobrepasar el metro con 30 centímetros de acuerdo a los decoradores profesionales, porque serían contraproducentes desde el punto de vista estético.
Con el cabecero podemos ponernos creativos para que la decoración más bella, sin que implique muchos gastos, y en tal sentido podemos forrarlo con cuero o con telas que jueguen con las cortinas del cuarto. Asimismo, podemos escoger como cabecero alguno de los variados muebles existentes en el mercado, que además de esa función permiten ser usados como estantería o como separador.
Algunos de esos muebles, lo cual no es novedoso pero sí funcional, traen adjuntas a sus lados las siempre demandadas mesitas de noche.
Ya que llegaron hablemos de ellas. No son obligatorias ni garantizan la belleza del decorado. Deben ser un accesorio a contemplar si tenemos el espacio suficiente en la habitación a ambos lados de la cama.
Según los expertos estos espacios no deben ser inferiores a 40 centímetros, lo que nos permitiría encajar sin dificultades las mesitas de noche más chicas del mercado, que suelen tener 30 centímetros de ancho.
Si valen la pena o no, el decorado final nos lo dirá. De todas formas, no las contemples como indispensables, porque no lo son necesariamente.
La luz artificial que siempre se ha colocado sobre ellas bien la puedes poner en el cabecero o en la pared sobre la que se apoya la cama.
No obstante, a pesar de todo esto, unas mesitas coherentes y funcionales sí que nos aportarán mucho.
La respuesta es sí y bastante, al menos para que la visualidad sea perfecta.
La cama se roba el show, pero si su belleza se combina con un suelo coherente con el decorado, y garante de calidez al pisar, pues vaya plus que tendremos.
Los más aconsejados son los suelos cálidos, como por ejemplo de madera, vestidos con alfombras de lana y pelos largos que den calor a los pies.
Como va con la cama, podemos decir que también es un elemento esencial. La ropa de cama debe dar comodidad y placer al descanso, por lo que mientras más suavidad tenga su textura mejor.
Asimismo, sus colores deben jugar con el resto de los textiles del cuarto como cortinas o tapices. Ello dará una visualidad más que acogedora.
Estas también tienen lo suyo. Si nos decantamos por telas vaporosas con caída, ya sea lino, algodón o hilo, tendremos resultados altamente estéticos, que redondearán todo el decorado que venimos construyendo.
En el decorado de una habitación pueden ser muy funcionales una zona de tocador, un clóset y un vestidor.
No obstante, contemplar su existencia dependerá del tamaño del dormitorio y en caso de que se pueda, lo recomendable es un vestidor de pared a pared y un tocador engalanado por una silla y un espejo con estilo coherente al decorado general.
Con estas claves créenos, tu habitación será el grial del descanso y el placer.
Si buscas calor y diseño para tu dormitorio, puedes optar por este tipo de chimeneas. Son un tipo de chimenea que puedes colocar en una habitación ya que no necesitan salida de humos. No obstante, aclarar que sí emiten un olor característico, el del bioetanol quemándose, que aunque no es perjudicial, no es agradable. Con un ambientador se puede camuflar el olor. Y en cuanto a si son seguras, si compras buenos modelos, de calidad, y las usas correctamente, no tendrás ningún problema.
Es posible usar puntos de luz que se iluminen automáticamente, por ejemplo al pasar cerca de ellos o cuando se abra la puerta, por ejemplo. Para conseguir este tipo de efectos te recomendamos que te informes sobre los sensores de movimiento. Si quieres hacerlo, tienes información completa en esta comparativa profesional.
Igualmente puede ser interesante usar gadgets que hagan tu habitación más inteligente. Uno que nos gusta mucho y es barato son los despertadores con proyectores. Les preguntas la hora y te lo dicen o te los proyectan en la pared. Hablan de ellos con detalle en este artículo. Pero hay muchas más cosas por las que puedes optar: enchufes inteligentes que se apaguen o enciendan automáticamente, termostatos programables, cerraduras electrónicas,…