Todos anhelamos una cocina amplia y luminosa, pero la realidad es que muy pocos la podemos tener. Cuando nos enfrentamos a la realidad de que el espacio que ocupa la cocina en nuestra casa no cumple todas nuestras expectativas, pensamos que es el fin de nuestro sueño. Pero no tiene por qué ser así, con una buena distribución del espacio y algunos simples recursos, se pueden hacer maravillas en cualquier cocina.
Aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a darle vida a tu cocina pequeña y a convertirla en el espacio más valorado dentro de tu hogar.
Independientemente de que el espacio esté reducido o no, en una cocina no pueden faltar los llamados básicos. Hablamos de la placa de cocción, el horno, la nevera, el fregadero con sus grifos y la encimera. En una distribución ideal siempre se busca que la zona de cocción, la de fregado y almacenaje de los alimentos, estén independientes y lo más separadas posibles, pero si los metros están escasos es posible que tengamos que improvisar. Aquí te van algunas reglas a partir de las cuales deberás encontrar el lugar más adecuado para estos imprescindibles en tu cocina.
La zona de cocción debe colocarse alejada de la nevera, para evitar así que el calor dañe los alimentos o interfiera en su rendimiento.
Lo mismo se aplica para el horno, ya que cuando esté encendido va a generar calor a su alrededor, lo que puede influir en que la nevera trabaje más para mantener el frío.
La zona de cocción tampoco debe ser situada demasiado cerca de una ventana o del fregadero.
A cada lado de la zona de cocción deben quedar libres al menos unos 40 cm de encimera, para poder trabajar cómodamente en la preparación de los alimentos.
La combinación color-iluminación es fundamental para que la cocina consiga verse más amplia. En cuanto a los colores, por mucho furor que estén causando los tonos vibrantes e intensos en los catálogos decorativos, tienes que saber que no son una opción para ti, a menos que quieras que tu cocina luzca más pequeña de lo que ya es. La teoría del color ha establecido que los tonos claros son los que más favorecen la sensación de amplitud, por lo que no la vamos a contradecir.
A pesar de que los electrodomésticos que combinan el negro y el acero tienen una fuerza arrolladora, vamos a intentar evitar este color y en su lugar optar por una línea de electrodomésticos blanca.
El blanco es sin duda uno de los grandes protagonistas de las cocinas pequeñas y es que además de ser un color lleno de luminosidad, es muy pulcro y aséptico, algo que siempre buscamos en una cocina. Aunque usemos tonos claros o incluso el blanco, no estamos limitados a un esquema totalmente monocromático, así que podemos romper con alguna nota de color, usando el naranja, el amarillo o el verde lima.
La iluminación en una cocina pequeña juega un doble papel, ayuda a generar amplitud y es esencial para desempeñar las tareas. Si contamos con una ventana en la estancia debemos potenciar toda la luz natural que proporciona, así que elige cortinas muy claras o transparentes que no limiten la entrada de luz
En las noches solo contamos con la luz artificial, así que esta debe ser suficiente para iluminar cada rincón, en especial las zonas de trabajo. Se recomiendan las luces blancas y lo más fuertes posibles, ya que las tenues crean algunas sombras que no convienen demasiado.
En las cocinas reducidas es fundamental dejar muy poco a la vista, ya que esto favorece la sensación de espacialidad. Es por esto que cada electrodoméstico, utensilio u olla, debe tener un lugar de almacenamiento, de preferencia no visible.
Hay veces que el espacio debajo las encimeras no es suficiente para crear todas estas zonas de almacenaje, por lo que se recomienda sacarle partido también al espacio aéreo con cajoneras o repisas. El mobiliario que utiliza puertas corredizas es el ideal cuando se trata de ahorrar espacio, así que tenlo presente.
A los electrodomésticos pequeños resulta más fácil buscarles sitio, además de que permiten una mayor movilidad dentro de la cocina. También resulta una buena idea en los casos que sea posible empotrarlos a las paredes.